La vida de hoy nos empuja a ir con prisas. Debemos ser cada vez más productivos y hacer más cosas lo antes posible. Pero la mayoría de las veces, ir deprisa no implica avanzar más rápido o pensar de forma más ágil. ¿Qué pasa si quiero vivir mi vida de una manera consciente? Creo que este sentimiento me ha acompañado siempre. Las veces que la vida me ha llevado a vivir deprisa, me he sentido muy desconectada conmigo misma y también muy triste.
Slow living, vivir una vida alineada con mis valores
¿Qué es el “slow life”?
El «slow life» busca el bienestar en la vida cotidiana; favorece la observación, el disfrute, la reflexión y la calma. Para mí, ha supuesto un enfoque de vida hacia mi verdadera naturaleza. Creo que lo realmente importante es escucharse a uno mismo y cualquier pequeño cambio que hagamos de manera consciente, nos ayuda a mejorar nuestro mundo de manera significativa.
Y en la búsqueda de una vida consciente, cada uno debe interpretar el slow living a su manera para adaptarlo a sus propias necesidades y circunstancias. Estos son los básicos que a mi me ayudan a encontrar el equilibrio:
Vivir en contacto con la naturaleza
Pasar tiempo conmigo misma
Llevar una alimentación equilibrada
Consumir de forma consciente
Mantener mi casa ordenada
Soy una persona bastante organizada y tener la casa limpia y ordenada me ayuda a estar centrada, pero cuando estoy nerviosa, incómoda o con ansiedad, mi casa es un reflejo de cómo me siento y no está tan ordenada.
Establecer mis propios límites
Rodearme de belleza
Dormir bien
Abrazar el minimalismo
Cuando abrazamos el “slow living” y acogemos una vida más sencilla, el minimalismo suele ser una evolución lógica del proceso. El minimalismo es un estilo de vida que valora la simplicidad. Consiste en centrarse en lo que de verdad es importante para uno mismo y eliminar todo lo demás para convertir lo que nos rodea en algo fácil de gestionar. Puede parecer simple, pero no es fácil, porque el proceso requiere tener las cosas muy claras y sobre todo hacer un ejercicio de desapego emocional importante.
Cómo aplico el slow life y el minimalismo en mi estudio
Y conforme el “slow living” y el minimalismo han ido cobrando cada vez más importancia en mi vida, también se han producido cambios en mi trabajo. El estudio se ha alineado con mis valores para ofrecer un servicio mucho más consciente, auténtico y profundo. Entre otras cosas, he limitado el número de proyectos que acepto, para poder dedicar a cada marca el tiempo que merece. En los procesos de creación, me enfoco en desarrollar una propuesta única donde todos los elementos tengan sentido. El cliente es partícipe de las decisiones de branding que vamos tomando y construimos juntos el nuevo discurso para crear una imagen completamente alineada con los valores de la marca. No tiene sentido presentar multitud de propuestas. Siento que de esta manera puedo enfocarme en ofrecer lo mejor de mí.
pero de su vacío depende su uso.
Se abren puertas y ventanas en los muros de una casa,
y es el vacío lo que permite habitarla.
En el ser centramos nuestro interés,
pero del no-ser depende la utilidad.”